LADICIM colabora en la guía para implantar en España la normativa europea de hormigón reciclado en estructuras
El objetivo es proporcionar recomendaciones precisas para optimizar el diseño y la ejecución de estructuras con hormigón reciclado, contribuyendo a la transición hacia una construcción más respetuosa con el medio ambiente
El Laboratorio de la División de Ciencia e Ingeniería de los Materiales de la Universidad de Cantabria (LADICIM) ha sido seleccionado por la Federación Internacional del Hormigón para colaborar en la redacción de la Guía de Aplicación en España del ‘Anejo N de la UNE-EN 1992-1-1 Eurocódigo 2’, una normativa clave para regular en la Unión Europea el uso de hormigón reciclado en estructuras.
Carlos Thomas, investigador de LADICIM y profesor de la UC, liderará junto a Nikola Tošić, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, el grupo de trabajo encargado de desarrollar esta guía en España. Este grupo integrará las especificidades del contexto nacional, dado que, aunque la normativa tiene un alcance europeo, los anejos deben adaptarse a las particularidades locales.
“En España, por ejemplo, los materiales reciclados predominantes provienen de hormigón y piedra, a diferencia de otros países donde pueden emplearse componentes distintos. Por ello, es fundamental elaborar recomendaciones precisas y realizar interpretaciones de la norma ajustadas a cada entorno”, subraya el profesor Thomas.
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Experiencia de LADICIM en hormigones sostenibles
El Laboratorio de la Universidad de Cantabria ha participado en proyectos como RECNHOR, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, que estableció entre 2006 y 2008 las bases normativas para el uso de áridos reciclados en hormigón estructural en España. También en el Anejo 15 de la Instrucción de Hormigón Estructural EHE-08, que establece directrices específicas para el empleo de áridos reciclados en la fabricación de hormigones estructurales.
LADICIM lidera también investigaciones de vanguardia como el proyecto SEACOND, centrado en la reutilización de residuos de hormigón en entornos marinos. Y participa activamente en las principales organizaciones de este campo, como la Plataforma Tecnológica de la Construcción, la Asociación del Hormigón Estructural y la Federación Internacional del Hormigón, entre otras.
El impacto del hormigón reciclado
La iniciativa europea para desarrollar una normativa que regule el uso de hormigón reciclado surge de la necesidad de reducir el impacto medioambiental del sector de la construcción, limitando el volumen de residuos depositados y las emisiones de CO2.
El hormigón, debido al alto impacto ambiental de la producción de cemento, su componente principal, es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales de CO₂. La regulación busca promover prácticas más sostenibles mediante la reutilización de materiales reciclados, reduciendo la extracción de recursos naturales y cerrando el ciclo de vida de los materiales.
La normativa aborda también barreras históricas que han limitado la adopción del hormigón reciclado, como la confianza en su desempeño técnico y durabilidad, y la ausencia de estándares uniformes que garanticen su calidad. Estableciendo directrices claras se pretende fomentar la armonización de prácticas en toda Europa, asegurando que el hormigón reciclado sea una opción viable y segura tanto para aplicaciones estructurales como no estructurales.
Ventajas del hormigón reciclado
El hormigón reciclado ofrece una serie de ventajas técnicas y medioambientales que lo posicionan como una alternativa sostenible frente al hormigón tradicional. Desde el punto de vista técnico, cuando se procesan y aplican correctamente, los áridos reciclados pueden proporcionar propiedades comparables al hormigón convencional en términos de resistencia y durabilidad. Esto ha sido respaldado por investigaciones que demuestran sus prestaciones siempre que se respeten las proporciones y estándares establecidos.
En términos medioambientales, el hormigón reciclado contribuye significativamente a reducir el impacto ecológico de la construcción. Su utilización permite disminuir hasta un 20% la necesidad de áridos naturales, reduciendo la presión sobre los recursos naturales y evitando la generación masiva de residuos. Asimismo, este material puede gestionar de manera eficiente los residuos de construcción y demolición, cerrando el ciclo de vida de los materiales.
Desafíos para su implantación
La adopción del hormigón reciclado a gran escala enfrenta desafíos que requieren atención técnica, económica y normativa. Uno de los principales retos es garantizar la calidad y consistencia del material. La variabilidad inherente de los áridos reciclados, dependiendo de su origen y tratamiento, dificulta alcanzar propiedades uniformes, lo que exige un control riguroso en los procesos de reciclaje, desde la clasificación hasta el tratamiento. Esta necesidad incrementa los costos operativos y demanda inversiones significativas en tecnologías avanzadas de procesamiento y clasificación.
Desde el punto de vista normativo, aunque se están desarrollando marcos como el Anejo N del Eurocódigo 2, la falta de regulaciones armonizadas y estandarizadas a nivel europeo ha limitado la confianza de los usuarios en el material. A esto se suma la insuficiente infraestructura para el reciclaje. En España, por ejemplo, menos del 15% de los residuos de construcción y demolición se reciclan, y en aplicaciones de baja responsabilidad.
Este problema se agrava en regiones donde los áridos naturales son abundantes y más económicos. Por último, la carencia de incentivos económicos generalizados, como beneficios fiscales o penalizaciones al vertido, ralentiza la transición hacia el uso de este material. Superar estos desafíos requiere un esfuerzo conjunto en innovación tecnológica, regulación efectiva y concienciación en el mercado.
Garantías para su integración en la industria constructiva
Para garantizar la seguridad y durabilidad del hormigón reciclado se requieren estrictos controles de calidad sobre los áridos reciclados, asegurando que provengan de hormigón estructural y estén libres de impurezas como madera o metales. Normativas como el Anejo 15 de la EHE-08, y ahora el Código Estructural, limitan la proporción de áridos reciclados al 20% en aplicaciones estructurales, asegurando propiedades equivalentes al hormigón convencional. Además, Laboratorios como LADICIM realizan ensayos técnicos rigurosos para verificar su resistencia a compresión, durabilidad frente a ciclos de congelación y deshielo, permeabilidad al agua y adherencia con armaduras, garantizando su desempeño en condiciones exigentes.
El hormigón reciclado también debe adaptarse a los entornos específicos donde se utilizará, como zonas costeras o expuestas a agentes químicos, ajustando su composición para cumplir con los requisitos del contexto. La trazabilidad y certificación de los áridos reciclados, respaldadas por el Marcado CE, son esenciales para garantizar su conformidad con los estándares técnicos. Además, innovaciones como aditivos que mejoran la adherencia y tratamientos que reducen la porosidad aumentan la calidad y durabilidad del material, permitiendo que el hormigón reciclado compita con el tradicional en términos de seguridad y rendimiento.